1/5/09

Gatos, arañas, monreros y triquiñuelas

(Breve obra de teatro sin desenlace, inspirada en la vida real)

PERSONAJES


EL INSPECTOR
RAMÓN
PATRICIO
EL HERMANO CHICO DEL MEJOR AMIGO DE PATRICIO
EDUARDO
UN CORO ENARDECIDO

ESCENA 1

En la oficina del inspector, éste sentado y Ramón de pie, erguido, frente al escritorio.

EL INSPECTOR: Ramón, ¿sabes porqué te mandé llamar?
RAMÓN: ¿Para qué sería?
EL INSPECTOR: Vino una apoderada, la mamá del niño belga. Dice que le estaba haciendo la mochila a su hijo, anoche, cuando le encontró seis talonarios de almuerzo, nuevos. El belga le dijo que entre varios compañeros se habían robado un fajo de talonarios de la tesorería, y que tú estabas metido en el grupo.
RAMÓN: ¿Seis no más?
EL INSPECTOR: ¿Cómo te enteraste?
RAMÓN: No estoy reconociendo nada, yo.
EL INSPECTOR: Recién fui a tu sala y con el profesor jefe revisamos tu mochila. Adivina qué encontramos.
RAMÓN: No, si esa mochila no es mía.
EL INSPECTOR: Tu profesor dijo que esa era la tuya, y tiene escrito tu nombre con liquid paper.
RAMÓN: Oiga, no, na’ que ver. Si yo uso esta pura mochilita chica no más.
EL INSPECTOR: Ramón, adentro están tus libros y tus cuadernos. Y eso que andas trayendo ahí es un banano, no una mochila.
RAMÓN: ¿Ah?
EL INSPECTOR: No te hagas el tonto, Ramón.
RAMÓN: ¡Oiga, inspector, créame! Yo nunca vi esos talonarios, se lo juro, alguien que me quiere cagar me los puso en mi mochila.
EL INSPECTOR: Hablé con la tesorera, dice que revisó el mueble de los materiales y que faltan ciento trece talonarios nuevos. Y la secretaria dice que ayer te pasó las llaves para que sacaras los materiales del Centro de Alumnos.
RAMÓN: De repente pregúntele al Pato, ¿sabe? Él hizo la lista de los materiales, a mí me llevaron para dar una opinión no más, que los papelógrafos de cartulina o de kraft, los plumones rojos o verdes, los cedés o los devedés…
EL INSPECTOR: ¿Y los dieciocho talonarios que hay en tu mochila?
RAMÓN: Ya le dije, esa mochila no es mía. Alguien que me quiere cagar me puso esos diecinueve talonarios en mi mochila.
EL INSPECTOR: Espérate en la salita y dile a Patricio que pase.
RAMÓN: ¿Puedo ir al baño?
EL INSPECTOR: Apúrese.

Ramón sale apurado.

ESCENA 2

Entra Patricio y se queda de pie, encorvado, frente al escritorio del inspector.

EL INSPECTOR: Patricio, estamos buscando una cosa que se perdió.
PATRICIO: ¿Cuáles talonarios, inspector?
EL INSPECTOR: (A sí mismo) ¿Yo dije talonarios?
PATRICIO: ¿Ah?
EL INSPECTOR: La secretaria y el Ramón dicen que tú te hiciste cargo, ayer, de sacar del mueble los materiales para el Centro de Alumnos. Se desparecieron más de cien talonarios de almuerzo, encontramos dieciocho en la mochila de Ramón y la mamá del belga le encontró seis a su hijo. Hacen veinticuatro.
PATRICIO: ¿Dieciocho? Puta el huevón güiña.
EL INSPECTOR: ¿Puedes repetir eso?
PATRICIO: No, nada.
EL INSPECTOR: ¿Patricio?
PATRICIO: Nada, nada, si yo no quería.
EL INSPECTOR: ¿Patricio, con cuántos talonarios te quedaste tú?
PATRICIO: ¡Míreme la mochila, inspector, yo ya no tengo nada!
EL INSPECTOR: Ya la revisamos, con tu profesor jefe. No encontramos nada.
PATRICIO: ¡Ah! ¿No vio?

En ese instante se asoma por la puerta de la inspectoría el hermano chico del mejor amigo de Patricio.

HERMANO CHICO DEL MEJOR AMIGO DE PATRICIO: Permiso, vengo a decirle una cosa al Pato. Oye, toma tu bolsa con las cuestiones, poh, pesan un kilo.
PATRICIO: Escúrrete, piojo. No te conozco.
EL INSPECTOR: ¿A ver? Entrégueme a mí esa bolsita.

El inspector vacía la bolsa sobre su escritorio, caen varios talonarios.

EL INSPECTOR: ¿Y esto? Uno, dos, tres… Catorce talonarios. Más dieciocho, más seis, hacen treinta y ocho.
PATRICIO: Oiga, inspector, yo no conozco a este petiso.
HERMANO CHICO DEL MEJOR AMIGO DE PATRICIO: ¿Qué te pasa, mentiroso? Te voy a acusar con mi hermano.
PATRICIO: Te voy a pegar, enano. Después no andís llorando.
EL INSPECTOR: ¡Ramón! ¡Pasa!

Entra Ramón. El hermano chico del mejor amigo de Patricio se arrima hacia un rincón de la oficina y no se mueve más.

RAMÓN: (A Patricio) ¿Cómo va todo, Patriquiñuela?
PATRICIO: (A Ramón) Aquí poh, Ramonrero.
EL INSPECTOR: Respóndanme los dos: ¿dónde están los… setenta y tantos talonarios que faltan?
RAMÓN: Setenta y cinco.
PATRICIO: ¿Desde cuándo tan bueno para las matemáticas? Con razón erís tan cuadrado, poh. Anda a plancharte el uniforme, mejor será.
RAMÓN: ¿Qué onda, Patrolo? ¿Querís guerra?
PATRICIO: No, Monchito. Después hablamos.

Baja la intensidad de las luces.

ESCENA 3

Suena un aria del himno del colegio. Sube la intensidad de las luces. Entra Eduardo

EDUARDO: ¿Me mandó llamar, señor inspector?
RAMÓN: Llegó el Eduaraña. (A Eduardo) Ven que te van a hacer unas preguntas.
PATRICIO: (A Eduardo) ¿Vos te quedaste, ayer, con la llave del mueble de los materiales, cierto?
EDUARDO: El mueble de los materiales… el mueble de los materiales… ¡Ustedes son los encargados de los materiales!
EL INSPECTOR: Eduardo, ¿quién cerró ayer el mueble después de que sacaron los materiales para el Centro de Alumnos?
EDUARDO: ¿Cerró?
EL INSPECTOR: ¿Quién lo cerró, Eduardo? Cerrar, poner llave…
EDUARDO: O sea, yo ví la puerta abierta y le eché llave no más. Pero no me quedé con ningún talonario.
EL INSPECTOR: ¿Yo dije talonario? (Guarda silencio un instante) A ver, Eduardo, ¿si no te quedaste con ningún talonario, ellos con cuántos se quedaron?
EDUARDO: ¿Se quedaron?
EL INSPECTOR: Sí, Eduardo, quedarse, apropiarse… ¿Con cuántos talonarios se quedaron ellos?
EDUARDO: Pregúnteles a ellos, poh. Yo no soy compañero de ellos, yo soy del B y ellos son del A.
RAMÓN: Mire, inspector, ellos dos son amigos del Centro de Alumnos, ellos son los responsables de los materiales. Yo no tengo na' que ver con el Centro de Alumnos. Yo organizo el concurso de volantines, no más.
PATRICIO: (A Ramón) Oye, encúmbrate a otra persona, no te conviene cagarme.
EDUARDO: (A Patricio) Ayer, vos estabai a cargo de ir a buscar los materiales, no me metai en tus jueguitos. Búscate otro piloto.
PATRICIO: (A Eduardo) Sí, pero las llaves yo te las pasé a vos.
RAMÓN: ¿Vio, inspector? Yo na’ que ver en todo esto. Yo fui para ayudarlos a que no se equivocaran, no más. Pero yo no metí las manos dentro del mueble.
PATRICIO: Yo tampoco las metí. Además, las saqué al tirante después de Ramón y le pasé las llaves al Eduaraña. El que le puso llave al mueble que responda.
RAMÓN: (A Eduardo) Responde, poh.
PATRICIO: (A Eduardo) Eso lo dijo el Ramón, que conste.
EDUARDO: (A Patricio) Traidor. Ya te las vas a ver con mi papi.
PATRICIO: ¿Con tu papi? Ja, ja.
EDUARDO: ¿Qué querís decir con eso?
PATRICIO: Pregúntale a tu hermana.

El inspector se pone de pie y golpea el escritorio con ambas manos.

EL INSPECTOR: ¡Ya basta! Eduardo, ¿donde están las llaves del mueble?
EDUARDO: No las tengo yo, inspector. Se las pasé al Ricartera.
EL INSPECTOR: ¿Él también estaba con ustedes cuando fueron a sacar los materiales?
EDUARDO: No, ¿quién?
PATRICIO: Llegó cuando ya nos habíamos ido.
RAMÓN: Con ese yo no me meto.
EL INSPECTOR: ¡Ya, pues! Los voy a pasar a los tres al consejo de disciplina.
EDUARDO: (A Ramón y Patricio) Apechuguen, poh. Si quedo condicional no me puedo presentar de nuevo al Centro de Alumnos, poh. ¿Ustedes quieren eso?
PATRICIO: ¿Apechugar qué cosa, loco? Si vos cerraste con llave el mueble. Si viste que faltaba algo, ¿porqué no dijiste nada?
EDUARDO: Porque no vi nada, poh, tenía los ojos cerrados cuando le eché llave al mueble.
RAMÓN: Yo tampoco vi los talonarios en la caja cerrada, inspector.
PATRICIO: Yo tampoco vi la caja medio abierta, esa.
RAMÓN: Inspector, sabe que vaya a preguntarle al Belgato, mejor. ¿Porqué no lo mandó llamar a él, también? ¿Ah?
EL INSPECTOR: Ya hablé con el belga, contó todo. ¿Porqué no me dicen la verdad? Él es más valiente que ustedes.
RAMÓN: Es que se cree europeo.
EL INSPECTOR: ¿Cómo dijo?
PATRICIO: ¿Me hablaste, Ramón?
EDUARDO: Inspector, sabe que tengo que irme a visitar a los abuelitos del hogar de ancianos. El Ricartera arrendó una micro y están todos los chiquillos esperándome afuera.

Se oye UN CORO ENARDECIDO que canta “Chile, la micro no llega, ¿donde estará la micro?”.

EL INSPECTOR: Quédese aquí no más, parece que la micro no ha llegado.
EDUARDO: Me voy a patita entonces, permiso.

Eduardo sale corriendo antes que el inspector lo alcance a atajar. Ramón y Patricio se miran y plantan la carrera.

EL INSPECTOR: ¡¿Adonde van ustedes dos, caramba?!

Ramón y Patricio se detienen y se miran de nuevo.

EL INSPECTOR: No se me mueven de aquí hasta que se sepa toda la verdad ¿De dónde sacaron estos talonarios? ¿Donde están los setenta y cinco que faltan?
RAMÓN: (A Patricio) ¿Qué hacemos?
PATRICIO: (A Ramón) Te vendo mis catorce a mitad de precio.
RAMÓN: (A Patricio) Nica. A un tercio, pa’ callao.

Se apagan las luces.

ESCENA 4

Oscuridad total. De fondo, durante largo rato, se oye el griterío del recreo. Suena la campana, se hace silencio, no pasa nada durante largo rato. Se oye caer el telón pero nadie lo ve porque está muy oscuro. Se encienden las luces.

Final de la obra.

4 comentarios:

  1. se trata nada más y nada menos que de la compra truculenta de aviones belgas en la que están metidos Vega, Ramón; Rojas, Patricio y Perez Yoma, Edmundo (¿Eduardo?).
    ¿Dónde voy a cobrar el schop y el tocomple?

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  2. ¡Felicitaciones! Señor Pastelero, usted y señora han ganado una invitación a JJCruz. Puede retirar su premio la próxima vez que viaje a Valparaíso.

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  3. "EDUARDO: Porque no vi nada, poh, tenía los ojos cerrados cuando le eché llave al mueble." Y ahora los abrió de nuevo y se arregló el pelito...

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